TeMaReflexiones
Teodoro Marín
COMO
SE ENTIENDE AL JESÚS ENCARNADO
Una vez encarnado Jesús, se
ubica como ser humano en la tierra y su vida y su mensaje transcurre en una
situación geográfica cultural y en un tiempo concreto, sometido a un
entendimiento en su tiempo y espacio y luego según los escritos especialmente
los cuatro evangelios, al análisis de la crítica literaria, religiosa,
sociológica y política de todos los tiempos. En los últimos años a partir de
finales del siglo XIX hasta nuestros tiempos, ha aumentado la investigación
histórica sobre Jesús, al mismo tiempo que se enraízan entendimientos aplicados
a la realidad de cada continente, según las necesidades que en cada país se
presentan.
1. JESÚS EN LOS CUATRO EVANGELIOS
Pablo Richard en su documento sobre: “El Jesús histórico y los cuatro evangelios. Memoria, credo y canon para la reforma de la Iglesia, plantea cuatro definiciones de Jesús: El Jesús Real, el Jesús histórico, el Jesús teológico y el Jesús de la fe[1].
JESÚS
REAL
El Jesús tal cual existió
según el relato de los cuatro evangelios, su vida, su mensaje y su obra. Juan
dice que “si se escribieran todas las
cosas que hizo Jesús, no cabrían en el mundo todos los libros escritos sobre
él” (Juan 21:25). Aunque esta es una exageración, no obstante quiere decir
que fue mucho lo que Jesús dijo e hizo, que inclusive no todo está dicho en los
cuatro evangelios, por eso es bueno recurrir a los historiadores de su época
para complementar la información de los evangelios.
El diccionario bíblico
explica que Jesús nació más o menos 4 años antes del año 1 de nuestro
calendario – la era cristiana, su infancia la vivió con sus padres, haciendo
los trabajos domésticos de carpintería con José el esposo de María su Madre, a
los 30 años de edad inició su ministerio hasta los 33 años de su muerte[2].
Lucas en el comienzo de su
evangelio, dice que muchos han tratado de poner en orden la historia de Jesús
según los testigos que lo vieron y escucharon; él también después de haber
investigado con diligencia todas las cosas desde su origen las escribe en orden
para ser enviadas a Teófilo para que conozca bien la verdad de las cosas acerca
de Jesús en las cuales ha sido instruido (Lucas 1:1-4). Eso es lo que le afirma
cuando le escribe el relato de los hechos de los apóstoles: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé
acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día
que fue recibido arriba…” (Hechos 1:1,2)
Para afirmar la veracidad
documentaria de los evangelios, Lucas dice que lo hizo habiendo investigado con
diligencia todas las cosas desde su origen hasta su ascensión a los cielos,
además quería confirmar la verdad que se decía acerca de Jesús, verdad que era
y ha sido cuestionada por muchos.
JESÚS
HISTÓRICO
Es el Jesús que se puede
reconstruir a partir de los datos bíblicos, utilizando los métodos histórico –
críticos y los criterios de historicidad. El Jesús que históricamente existe.
En la reconstrucción del Jesús de la historia se acentúa fundamentalmente la
plena humanidad de Jesús. El Jesús histórico tiene realmente rostro humano,
conciencia humana, corazón y sentimientos humanos. Se hace un análisis a la
negación de la divinidad y la humanidad de Jesús, se centra en estudiar a Jesús
hasta antes de su muerte, no analiza su resurrección y ascensión que son
elementos de la fe.
El
análisis del Jesús histórico es una reconstrucción científica del Jesús de la
historia, del Jesús real. El Jesús histórico asunto de la investigación
crítica, hace referencia a lo que científicamente puede saberse acerca de
Jesús, no solo el relato de los evangelios de su vida: nacimiento, vida,
muerte, resurrección y ascensión; sino el cuestionamiento, si todo lo que él
dijo y lo que se dice de él corresponde realmente.
Arul Pagrasam, en su
documento “la búsqueda del Jesús histórico en los estudios contemporáneos,
platea siete imágenes del Jesús histórico[3]: Jesús un Judío marginal,
Jesús el profeta escatológico, Jesús un profeta del cambio social, Jesús un
sabio, Jesús un ser humano del Espíritu, Jesús un filosofo cínico itinerante y
Jesús un campesino Judío.
Estas imágenes de Jesús,
pueden tener parte de verdad, si se ven como facetas en la vida de Jesús,
tampoco están haciendo una presentación completa de Jesús.
Se debe evitar el error de
caer en el extremo de tener solo el Jesús histórico desconociendo el Jesús de
la fe, de ser así se caería en un razonamiento muerto, sin relación espiritual.
JESÚS
TEOLÓGICO
El Jesús que ha sido
definido en los concilios (Nicea año 325, Constantinopla años 381, Éfeso año
431 y Calcedonia año 451). El fin de los concilio era definir el dogma
cristológico para hacer frente a las herejías que amenazaban la doctrina y la
unidad de la iglesia. Los dogmas de los concilios puestos en los catecismos, el
credo y las teologías surgidas de ellos, llegaron a sustituir al Jesús real e
histórico de los evangelios.
De allí queda en la
iglesia cristiana inclusive evangélica, la herencia de la
teología sistemática, donde se hacen tratados incluyendo la cristología.
JESÚS
DE LA FE
Es la aceptación del Jesús histórico en la práctica de fe de los primeros cristianos según el
relato de los cuatro evangelios.
El
Jesús de la fe, es el Jesús de la historia presentado como el salvador, que
vino para dar su vida en rescate por muchos, que por la fe se cree en él y se
le acepta por la fe como Señor y Salvador de la vida (Juan 1:12), sin
cuestionamientos.
El Jesús de la fe es el de
Jesús de relaciones, comunión, compañerismo, ayuda especialmente a los pobres y
excluidos, el salvador integral, el que sana y santifica.
Esta relación de fe con
Jesús no debe ausentar del Jesús histórico porque haría caer en un misticismo
meramente emocional.
2.
CONCEPTOS DE JESÚS EN LATINOAMÉRICA
La conquista de América
Latina por parte de los españoles se hizo con la espada y la cruz,
fue una conquista política y religiosa, ellos entendían que Dios les había
encomendado tal conquista. Por medio de conquistadores, monjes, guerreros, encomenderos,
terratenientes y catequistas se difundió la religión entre los pueblos
conquistados y con ella su cristología.
España trajo al nuevo mundo imágenes cristológicas que la iglesia introdujo en su liturgia; que aun todavía perduran en muchos sectores, las más sobresalientes fueron:
España trajo al nuevo mundo imágenes cristológicas que la iglesia introdujo en su liturgia; que aun todavía perduran en muchos sectores, las más sobresalientes fueron:
El
Cristo vencido y doloriente. Para los indígenas esta cristología
les reflejó su propia condición y destino, ésta cristología produjo resignación
como una de las virtudes cristianas. Por eso la opresión, saqueo y el vasallaje
quedaron justificados porque se vieron como la voluntad de Dios. Esta tiene la
misma función que la virgen de los dolores, con su corazón traspasado,
personifica la sumisión y la dominación de la mujer.
El
Cristo Monarca Celestial. Este delegó su poder en el papa, los
monarcas católicos, los conquistadores, los encomenderos, los latifundistas y
los monjes, que justificó una evangelización violenta; obligando a una
obediencia al único Dios y su encomendado el rey español y el papa.
El
Cristo del regazo y del apadrinaje. Es una imagen cristológica
que presenta a un Jesús dependiente como niño, indefenso, inofensivo, no
protesta, ni tiene voz, con padrinos,
inofensivo e inocente.
El
Cristo de los misterios. El Cristo del poder mágico. Esta se
difundió en la eucaristía donde se enseña la transubstanciación, donde
literalmente el pan se convierte en el cuerpo de Cristo y el vino se convierte
en la sangre de Cristo, prácticas que no hay que pedir explicación solo dar
aceptación.
El
Cristo pacifista. Que no es rebelde, no se subleva. Esta
cristología buscaba hacer menos gravosa la esclavitud[4].
La función de estas
cristologías fue legitimar cristianamente la dominación.
Las imágenes de Jesús
presentado por los conquistadores, predominantes en la Iglesia Católica son:
El
Jesús niño. Representado por el niño Jesús de Praga. Un Jesús que
no sabe hablar, inofensivo, dependiente, inocente, sin desarrollo. Que invita a
estar siempre pequeño.
El
Jesús sufriente. El maltratado, indefenso, resignado,
condenado al sufrimiento sin protestar. Da el mensaje de una vida de solo
sufrir a causa de los que ostentan el poder.
El
Jesús muerto en el crucifijo. Está inmóvil, doblegado,
rendido, sin poder de vida. Ese es el Jesús que se carga en el cuello y en las
espaldas en las procesiones del diario vivir.
En la predicación de la
iglesia evangélica latinoamericana en términos generales se ha proclamado un
mensaje centrado en Cristo presentando variados énfasis:[5]
Un
Jesús real y personal. Los pentecostales suelen hablar, con gran
realismo de Jesús de Nazaret, que sana, salva y da poder.
Un
Jesús perdonador, que justifica el pecado y resuelve
problemas de conciencia culpa y castigo eterno. El asunto es que esta
soteriología ha oscilado entre la gracia barata, por un lado y el legalismo por
el otro.
Un
Jesús poderoso para transformar la vida. Transformación
principalmente en cuanto a vicios (borrachera, el fumar, las drogas).
Transformación que no necesariamente genera cambios transcendentales.
Un
Jesús que da un nuevo sentido de vida. El pertenecer a una
iglesia cristiana les da nuevas amistades, evita la soledad y tristeza y nuevos
espacios para servir.
Haciendo un análisis crítico
a las diversas imágenes cristológicas en la iglesia evangélica en América
Latina se dan las siguientes:
El
Jesús de las ofertas. El Jesús que ofrece paz, gozo, amor,
felicidad y prosperidad y a cambio no exige nada. Esto nos puede conducir a
concebir a un Jesús mendigo, que ruega con los brazos abiertos que lo
acepten, que no lo hagan sufrir. También como una pastilla mágica, que
resuelve todos los problemas, como lo llaman otros como una panacea que cura
todos los males. No es el Jesús que también invita a llevar su cruz y a vivir
en obediencia.
El
Jesús asocial. Un Jesús que a sus seguidores los aísla de la
sociedad, rompe los vínculos familiares y sociales. No mezclarse con los impíos
así sea la familia, no participación en la política – en el gobierno de
nuestros pueblos.
El
Jesús del cosmos glorioso y celestial. El Jesús que solo prepara
para vivir en el cielo, que nada tiene que ver con la vida cotidiana en la
tierra. Como una especie de Jesús pasaporte, que solo sirve de
boleto para pasar a la vida eterna. Por eso su acción se centra en los
exorcismos, éxtasis y carismas, sin relación con el Jesús histórico.
El
Jesús solamente del calvario. Un Jesús resignado a su
suerte, abatido, que inspira lástima semejante al Cristo vencido.
El
Jesús socialista. Quien vino para ayudar solo a los pobres
para que haya igualdad social; de alguna manera lo identifica con un Jesús
guerrillero que lucha por la liberación de los pobres, de su estado de
esclavitud, explotación y opresión. Derrocar al Cristo burgués traído en
el colonialismo.
Las ideologías políticas
tienen mucha influencia sobre la cristología:
La extrema derecha –
Fundamentalista, presenta a un Jesús opulento, rico, de vida abundante sobre
todo en bienes materiales. Que está listo para darle todo lo que sus hijos le
pidan.
La extrema izquierda – Sustentada
por la teología de la liberación, presenta a un Jesús socialista - comunista,
revolucionario, que protesta por las injusticias de los poderosos, como se dijo
anteriormente se presenta a un Jesús guerrillero, que si es necesario hay que
tomar las armas para defender a los pobres, se usa la frase “el fin justifica
los medios”, inclusive si hay que matar al rico para defender al pobre, hay que
hacerlo. Ya sabemos que no es una filosofía apoyada por el mismo Jesús, que
invita al amor aun de los enemigos[6]
En tiempos posmodernos se ha
propagado el concepto de la nueva era, quien entiende a Jesús solo como un
hombre que al triunfar sobre las tentaciones ganó el derecho de que el Cristo
se manifestara a los hombres. Cristo no es más que la fuerza evolutiva básica
dentro de la creación. Jesús no es el Mesías, el hijo de Dios, el Dios hecho
hombre; es sí un maestro ascendido, iluminado, estado al que otros hombres
pueden llegar. Dicen que Jesús nunca resucitó, pues cuando se dice que entregó
su espíritu lo que ocurrió es que proyectó su cuerpo etérico y desdobló para
retornar a su cuerpo físico al tercer día[7]
Con este concepto se pierde
el entendimiento del Jesús real, histórico y se enfatiza un Jesús místico
impersonal. Sobre todo la adolescencia y la juventud están siendo influenciadas
por la nueva era.
CONCLUSIÓN
El
Jesús encarnado que nos presentan los evangelios es más un Jesús de relación
que de reflexión. No solo que Jesús este en nuestra mente como objeto de
análisis, sino que esté en la vida, como parte del ser, con quien se convive,
forma parte del diario vivir, como el Señor salvador, padre, amigo y
confidente; que vive con nosotros nuestras luchas y victorias.
Los distintos significados
de Jesús, obedecen a realidades
sociales, políticas y religiosas de América Latina.
La Iglesia Católica Romana
todavía tiene mucha influencia sobre el quehacer del cristianismo
latinoamericano.
Las iglesias Cristianas
evangélicas son influenciadas por la corriente de pensamiento católico y de los
movimientos que van surgiendo según los cambios que vienen con el cambio de los
tiempos.
La invitación es a presentar
y vivir a un Jesús encarnado, verdadero Dios y verdadero hombre, al Jesús
histórico, que es nuestro Salvador, Santificador, Sanador y Rey que vuelve. Que
es nuestro profeta, sacerdote y Rey.[8]
Considero
que “la investigación sobre Jesús es una tarea posible e irrenunciable por su importancia”. La predicación de Jesús,
ha de ser como lo plantea el apóstol Pablo, del Cristo crucificado, muerto,
resucitado y glorificado de manera sencilla como lo presentan los cuatro
evangelios.
[2] VILA,
Escuain. Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Editorial CLIE. Barcelona. 1985.
P. 377-378
[3]
PAGRASAM, Arul. La búsqueda del Jesús histórico en los estudios contemporáneos.
Documento de lectura
[4] RAMIREZ,
José Alonso. Cristología. SEBAC. Armenia. 2011. P.16
[5] Ibíd. P.
73
[6] LAY,
Fernando. Los cristos de nuestra tierra. Alianza en Marcha. Cali. s/f. p. 9
[7] MINA,
Eynar. Contestación a la ponencia sobre la nueva era. Consulta teológica.
Alianza Cristiana y Misionera Colombiana. Armenia. 1996. P. 194
[8]
ESTATUTOS. Declaración de Fe. Alianza Cristiana y Misionera Colombiana.
Armenia. 2012. P. 97-103
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