TEMA 2 PARTE 1

RESTAURADOS POR COMPLETO
Espíritu – Alma – Cuerpo















Por
TEODORO MARIN BONILLA


TEMA 2
RESTAURACIÓN DEL ESPÍRITU CONTAMINADO




El espíritu del hombre es el elemento principal, es el centro de control espiritual, es donde habita el Espíritu Santo de Dios o el espíritu demoniaco. En el capítulo anterior se explicó que el espíritu es el que se comunica con Dios y en él es que se establece la relación espiritual, por eso en el espíritu se  da la lucha espiritual.

1.    LUCHA ESPIRITUAL PERSONAL

La lucha espiritual es una realidad planteada en las Sagradas Escrituras desde el génesis hasta el apocalipsis. En el nuevo testamento se presenta con mayor claridad, ya que Cristo vino para destruir las obras del Diablo en una confrontación directa. El apóstol Pablo es quien mejor explica esta realidad, a los Efesios les escribe: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:10-12).

La lucha espiritual es la confrontación entre el Reino de la luz o Reino de Dios con el reino de las tinieblas o reino de Satanás, que compiten por el destino eterno de los seres humanos.

Los creyentes debemos estar fortalecidos en el Señor y su fuerza, vestidos con la armadura de Dios, para estar firmes contra las asechanzas del Diablo, porque no tenemos una lucha – una guerra – una confrontación con persona alguna sino contra el Diablo y toda su estructura demoniaca.

El pertenecer al Reino de Dios nos garantiza la victoria sobre el reino de Satanás, con  el poder de Cristo que venció al enemigo con su sacrificio en la cruz del calvario.

1.1.        ESTRUCTURA DEL EJERCITO SATÁNICO

El apóstol Pablo en la carta a los Efesios les habla de la “lucha” – la guerra – contra una estructura de poderes espirituales organizada jerárquicamente y con ubicación estratégica: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:11, 12).

El doctor Murphy dice que Pablo les habla de tres asuntos: uno, necesitan estar firmes contra las asechanzas del Diablo; dos, no se enfrentan a enemigos humanos y tres, luchan contra una jerarquía o ejército complejo de seres sobrenaturales perversos que han infiltrado por completo los cielos y ejercen gran  control sobre la tierra.[1]

Pablo hace un planteamiento militar del ejército del Diablo y sus poderes demoniacos de alto rango:

El Diablo

Al enemigo principal, quien es el jefe de todos los demás según la jerarquía, Pablo lo llama el “Diablo” (Efesios 6:11, 4: 27). El significado de Diablo sería quien pone división, y su sentido derivado sería calumniador[2]. También usa con frecuencia para referirse al Diablo otros nombres como: Satanás, el maligno (Efesios 6:16), la serpiente antigua (2 Corintios 11:3); el dios de este siglo (2 Corintios 4:3,4); Belial (de la raíz Baal que significa el señor) (2 Corintios 6:15); el tentador (1 Tesalonicenses 3:5).[3]

El Diablo usa contra el creyente “acechanzas”, que tiene que ver con astucia, engaño, estratagema, artimañas. Su estrategia de guerra principal es el ataque súbito, imprevisto. Por esta razón hay que estar fortalecidos en el Señor y vestidos con la armadura de Dios.

Principados

Los principados son demonios asignados para controlar territorios como príncipes de las tinieblas, lo que algunos llaman “espíritus territoriales”. Estos son los que trazan planes malévolos geográficos y demográficos, ellos son causantes de grandes plagas y juicios nacionales (maremotos, terremotos, inundaciones, pestes, guerras), llevan a prácticas contrarias a la Palabra de Dios como hechicerías, espiritismo, drogadicción, homosexualidad, idolatrías.

Potestades

Estas también son conocidas como fortalezas del Diablo. Son demonios comisionados para estimular la práctica de ciertos pecados según el gusto y placer de los hombres (alcoholismo, adulterio, pornografía, tráfico de drogas, robo, lujuria), estas prácticas las induce hasta convertirlas en costumbre, como sucedió con las ciudades de Sodoma y Gomorra, como actualmente sucede con los carnavales de Rio de Janeiro o la orientación sexual en Ámsterdam, Holanda.

Gobernadores

Estos espíritus jerárquicos son conocidos como tronos o dominios. Afectan las áreas de gobierno de las naciones. Afectan e influencian todos los puestos, sillas o tronos visibles o invisibles, desde los cuales se generan gobiernos en los aires o en la tierra. Su prioridad principal es planificar y maquinar para controlar los gobiernos y a los que gobiernan, controlar a los políticos (presidentes, dictadores, primeros ministros, emperadores, reyes, alcaldes, gobernadores, concejales, diputados, representantes y senadores), orientándolos a hacer el mal. Son espíritus controladores de autoridad. Por eso Pablo invita a orar por las autoridades.

Huestes espirituales

También son conocidos como legiones o ejércitos de maldad. Trazan planes basados en la mentira y el error. Su intención es desacreditar al evangelio de Cristo. Son los encargados de falsear la verdad y de torcer la sana doctrina. Su labor contra Dios es evitar la propagación de la verdad divina; bloquean a la iglesia y sus líderes en el cumplimiento de la gran comisión; atacan a los siervos de Dios, como lo hicieron con los profetas, con Jesús, Juan el Bautista, el mismo Pablo.[4]

1.2.        LAS OBRAS DE SATANÁS

El carácter y obra de Satanás se expresan en los nombres con que se le llama según lo expresado en los siguientes versículos bíblicos:

El adversario: "Sed de espíritu sobrio, estad alertas, vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).

El dios de este mundo: "En los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios" (2 Corintios 4:4).

El príncipe de la potestad del aire: "Y Él os dio vida a vosotros, que estabas muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este siglo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efesios 2: 1,2).

El acusador de nuestros hermanos: "Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado" (Apocalipsis. 12:10).

El enemigo: "Y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles" (Mateo 13:39).

El tentador: "Y acercándose el tentador, le dijo: si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan" (Mateo 4:3).

El padre de mentiras y homicida: "Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira" (Juan 8:44).[5]

Otras obras del diablo mencionadas por el apóstol Pablo son las siguientes: 
Tentar. Que es la insinuación al mal, a pecar contra Dios y el prójimo. (I Corintios 7:5; II Corintios 2:11; Efesios 4:27; 6:12).  
Engañar. Diciendo mentiras con apariencia de verdad. (II Corintios 11:14,15; II Tesalonicenses 2:9; Efesios 4:14; 6:11; I Timoteo 3:7; II Timoteo 2:26).
Cegar la mente de los incrédulos para que no les alumbre la luz del evangelio. (II Corintios 4:4; Efesios 4:17-19)
Promover la mentira incluyendo las doctrinas falsas. (I Timoteo 4:1-3; II Tesalonicenses 2:9).
 Afligir con enfermedades. (II Corintios 12:7).
 Estorbar el evangelio y a los cristianos. (I Tesalonicenses 2:18)
 Un ámbito donde se manifiesta la obra de Satanás son lugares específicos que la Biblia llama regiones celestes donde trabajan fuerzas espirituales opresoras: "Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios: 6:12).

Las regiones celestes pueden ser: lugares, áreas donde se han asentado prácticas sociales del pecado, o fuerzas opresoras que esclavizan a grupos sociales o familiares.

Otro ámbito es la mente y el corazón de la persona: Por esta razón Satanás puede encadenar al pecado y sus frutos en el alma, pero su estrategia principal consiste en cegar la mente con incredulidad para impedir seguir la luz de Jesucristo. La Palabra de Dios dice: "Y si todavía nuestro evangelio está vedado para los que se pierden está vedado, en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios" (2 Corintios 4:3,4).

Satanás lucha contra la obra de Dios de diferentes maneras: con enfermedades, persecución y todo tipo de maquinaciones. Trabaja con mentiras, pensamientos destructivos y de condenación dentro de la mente y el corazón. Allí siembra el pecado y sus consecuencias que encadenan y roban la paz interior.

1.3.        NIVELES DE LUCHA ESPIRITUAL

En las Sagradas Escrituras se plantean dos niveles donde se da la lucha espiritual: La personal y territorial.

LA LUCHA PERSONAL

Es la batalla espiritual que se da con los demonios en las personas de las siguientes formas:

Fortalezas espirituales: Patrones de conducta y se reciben por la influencia de la herencia, cultura, música, arte y otras.

Influencia: Tentación externa o insinuación a pecar.

Opresión: Los demonios operan desde afuera, trayendo desánimo, cansancio extremo, negativismo o bloqueos mentales sobre las personas.

Posesión: Control parcial de un demonio sobre una persona. Todavía la persona puede controlar su voluntad.

Enajenación: Los demonios controlan totalmente a las personas sometiendo su espíritu, su alma y su cuerpo.

En esta investigación se centra la atención en la lucha espiritual personal, por cuanto el interés es que haya una restauración completa en la vida de las personas.

LA LUCHA TERRITORIAL

Es el nivel más alto de la confrontación espiritual, aquí ya tratamos con espíritus de mayor rango como son los principados, potestades y gobernadores, son poderes que controlan territorios: un continente, una nación, departamentos, municipios, ciudades, comunas, barrios, casas, edificios, veredas, carreteras, ríos y otros.

Cristo vino para destruir las obras del Diablo (1 Juan 3:8). Cristo quitó nuestro pecado de delante de nosotros, y nos presenta justos delante de Dios, obtuvo la victoria sobre la muerte (Colosenses 2:15). Las derrotas de Satanás dan testimonio de la eficacia del sacrificio de Cristo (Filipenses 1.21).

A pesar de todas sus estrategias y maquinaciones no se le debe temer a Satanás porque es un enemigo derrotado y su poder está limitado. La Palabra de Dios dice: "Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).

Esta derrota fue dada por Jesucristo que vino para destruir por medio de su muerte y resurrección al diablo. "Así que por cuanto los hijos participan de carne y sangre, Él igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte, el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida" (Hebreos. 2:14,15).

La obra de Satanás no tiene poder sobre nuestra vida si nos sometemos constantemente al dominio de Cristo y luchamos con la armadura de Dios y las armas espirituales.




[1] MURPHY, Edward F. Manual de Guerra Espiritual. Editorial Caribe. EE. UU. 1994. Págs. 476
[2] http://www.fortea.us/spanish/teologicos/nombres.htm
[3] MURPHY. Op. Cit. p. 476

[4] Apuntes de conferencias de varios autores
[5] http://www.ungidos.com/guia/37.html

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