EL GOZO EN LUGAR DE LA TRISTEZA
“Estad siempre gozosos”
1 Tesalonicenses 5:16
Es el deseo de Dios que estemos gozosos y es una orden del apóstol Pablo estar siempre gozosos.
EL VALOR DE UNA SONRISA (Anónimo)
No cuesta nada, pero crea mucho. Enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura a veces para siempre. Nadie es tan rico que no la necesite y nadie tan pobre que no pueda enriquecerse por sus beneficios. Crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios y es la contraseña de los amigos. Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes y el mejor antídoto contra las preocupaciones. Pero no puede ser comprada, pedida, prestada o robada, porque es algo que no rinde beneficio a nadie, a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente. Y si encuentras a alguien que esté demasiado triste o cansado para darte una sonrisa, bríndale una de las tuyas; porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquél a quien ya no le queda ninguna que dar.
1. QUE ES EL GOZO
El gozo es un sentimiento de complacencia, de placer, satisfacción o alegría por el disfrute de una cosa. Es emoción causada por la contemplación de algo que nos gusta o por la esperanza de obtener cosas halagüeñas. Es emoción intensa y placentera causada por algo que gusta mucho. Es alegría intensa.[1]
El gozo hace parte del fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22). Según algunos estudiosos del apóstol Pablo, gozo es aquella profunda alegría espiritual que el Espíritu Santo infunde en los corazones de quienes son poseídos por Dios. Así lo explica Santo Tomás de Aquino diciendo: "Al acto del amor se sigue siempre el gozo; pues todo amante goza en la posesión del amado, y el amor tiene siempre presente a Dios según lo afirma San Juan" (1 Juan 4: 16).[2]
El gozo está fundamentado en Dios. El gozo humano se fundamenta en cosas terrenas, en triunfos materiales, vencimiento de los demás. El gozo fruto del Espíritu no lo afecta nada ni nadie. Se está siempre gozoso.
El apóstol Pablo le escribe a los filipenses: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4
Es el deseo de Dios que sus hijos disfruten de gozo, alegría, deleite, placer, dicha, regocijo.
2. LA TRISTEZA CONTAMINANTE DEL GOZO
Satanás vino para hurtar, matar y destruir el gozo. El fruto del espíritu satánico que opera en las emociones es la tristeza, la angustia, la pena, la aflicción, la melancolía, el desconsuelo, la tribulación, el quebranto, la desdicha, la nostalgia.
La tristeza es un sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto.
La tristeza es un estado afectivo provocado por un decaimiento del estado anímico. Es la expresión del dolor afectivo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, entre otras. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres.
La tristeza puede ser un síntoma de la depresión que es abatimiento general de la persona, descenso de la autoestima y sentimientos de pesimismo, desesperanza y desamparo, que se caracteriza, entre otras cosas por una tristeza profunda y crónica. En psiquiatría se habla de tristeza patológica cuando hay una alteración de la afectividad, que se produce un descenso del estado de ánimo, que puede incluir también pesimismo, desesperanza y disminución de la motivación. La tendencia alternativa entre las emociones de alegría y de tristeza es la inestabilidad emocional.[3]
La tristeza se convierte en un problema cuando afecta directamente en la forma en que se vive la vida.
La tristeza puede ocasionar problemas a nivel físico, como:
· Dolores de cabeza y generalizados en todo el cuerpo
· Problemas de sueño: Dormir todo el tiempo o tener mucha dificultad para conciliar o mantener el sueño.
La tristeza afecta directamente a nuestro estado de ánimo, por lo que puede provocar:
· Llanto, mal humor o irritabilidad,
· Aburrimiento, cansancio y falta de energía,
· Sensación de no estar haciendo nada bien,
· Falta de motivación para realizar actividades con las que normalmente disfrutabas,
· Deseo de faltar a la escuela o al trabajo y evitar contacto con amigos o familiares,
· Querer hacerse daño, (por ejemplo, beber demasiado, consumir drogas o realizando conductas de riesgo)
· Sentimiento de desesperanza. Pensar que la vida no vale la pena.
Hay muchas razones posibles por las que se puede sentir triste o deprimido, por ejemplo:
· Problemas en las relaciones interpersonales con los padres o amigos
· Problemas en la escuela (la intimidación, la dificultad con los trabajos).
· Estar enfermo o tener a alguien cercano que esté enfermo.
· Cambios químicos en la parte del cerebro que controla las emociones, debido a cambios en el desarrollo cerebral, durante la pubertad.
· Cambios en la forma de pensar por los cambios psicológicos.
· Problemas espirituales con espíritus satánicos.
Según estos planteamientos podemos afirmar que la tristeza es el contaminante dañino del gozo.
3. COMO RESTAURAR EL GOZO
Existen diversas maneras que nos permiten reducir los sentimientos de tristeza. Sin embargo, algunos métodos pueden parecer útiles a corto plazo, pero conducir a un peor resultado a largo plazo. Por ejemplo, esto sucede cuando uno intenta tratar los sentimientos de tristeza o la depresión a través de las drogas y/o alcohol, ya que esta conducta conduce a problemas más graves a largo plazo.
Los períodos de tristeza pueden llegar en cualquier momento. Vemos muchos ejemplos de esto en la Biblia. Job deseaba que nunca hubiera nacido (Job 3:11). David oraba para que fuera llevado a un lugar donde no tuviera que lidiar con la realidad (Salmo 55:6-8). Elías, aún después de vencer a los 450 profetas de Baal pidiendo que bajara fuego del cielo (1 Reyes 18:16-46), huyó al desierto y le pidió a Dios que le quitara la vida (1 Reyes 19:3-5).
3.1. Es posible superar la tristeza
Se puede ver cómo estos mismos personajes citados anteriormente superaron sus momentos de tristeza: Job dijo que, si oramos y recordamos nuestras bendiciones, Dios nos restaurará el gozo y la justicia (Job 33:26). David escribió que el estudio de la Palabra de Dios alegra el corazón (Salmo 19:8). David también descubrió, que era necesario alabar a Dios aún en medio de la desesperación (Salmo 42:5). En el caso de Elías, Dios lo dejó descansar por un tiempo y después envió a un hombre, Eliseo, para atenderlo (1 Reyes 19:19-21). Nosotros en la actualidad aún necesitamos amigos con quienes podamos compartir nuestras heridas y penas (Eclesiastés 4:9-12).
Al morar inevitablemente dentro de nosotros nuestros problemas, nuestras heridas y especialmente nuestro pasado, éstos jamás producirán un gozo espiritual. El gozo no se encuentra en el materialismo, ni se encuentra en la psicoterapia, y ciertamente tampoco se encuentra en la obsesión con nosotros mismos. Se encuentra en Cristo. Los que pertenecemos al Señor “… nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Filipenses 3:3). El conocer a Cristo es llegar a tener un sentido adecuado de nosotros mismos, y un verdadero espiritualismo interior en Cristo, haciendo imposible el gloriarnos en nosotros mismos, en nuestra sabiduría, fortaleza, riquezas, o bondad, sino en Cristo, en Su sabiduría y fortaleza, en Sus riquezas y bondad, y en Su Persona solamente. Él ha prometido que “nuestro gozo será cumplido” (Juan 15:1-11).
Se debe recordar que es sólo a través del Espíritu Santo de Dios, es que podemos encontrar el gozo verdadero (Salmo 51:11-12; Gálatas 5:22; 1 Tesalonicenses 1:6). No podemos hacer nada, aparte del poder de Dios (2 Corintios 12:10, 13:4). En efecto, entre más tratemos de estar gozosos a través de nuestros propios recursos, más miserables podemos llegar a ser. Se debe descansar en los brazos del Señor (Mateo 11:28-30) y buscar su rostro a través de la oración y la Escritura. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)
3.2. Volver a Dios restaura el gozo en la vida
El rey David dijo: “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmo 51: 6-12). David, después de haber pecado terriblemente con Betsabé, y haber cometido asesinato, fue convencido por el profeta Natán de que había pecado; en consecuencia, eleva al Señor la anterior plegaria. David entendió que el gozo verdadero sólo podía venir por estar en paz con Dios. Solamente cuando volvió al Señor de todo corazón y fue perdonado, pudo experimentar el gozo de la salvación.
3.3. Tener en cuenta que el gozo es fruto del Espíritu Santo
Dios no solo quiere que estemos en paz con Él, sino que además, experimentemos el gozo que el Espíritu Santo produce por su presencia en los creyentes.
El fruto del Espíritu Santo es amor, gozo,…. Ese gozo del Señor es nuestra verdadera fortaleza. El gozo verdadero es la misma presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente en Cristo.
Nehemías le dice al pueblo: “…No se entristezcan, el gozo del Señor es vuestra fortaleza” (Nehemías 8: 10) y Pablo afirma: “Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14: 17). El Reino de Dios consiste en vivir en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
El gozo y la fortaleza de Dios son dos conceptos que van de la mano; no pueden alejarse el uno del otro. Dios quiere que estemos gozosos y fortalecidos en El. El gozo del Señor no es una emoción pasajera, sino que es el resultado de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Esto hace que podamos tener la fortaleza del Señor en nuestras vidas, aun en las circunstancias más difíciles. No se puede tener el verdadero gozo del Espíritu sin experimentar su fortaleza.
3.4. Buscar la asesoría de otras personas
Además de la búsqueda personal de la comunión con el Espíritu Santo, para superar la tristeza y restaurar el gozo se puede tener en cuenta lo siguiente:
· Hablar con los padres u otro miembro de la familia y/o con los mentores que se tenga.
· Hablar con los pastores o consejeros cristianos que le puedan orientar bíblicamente. Es posible que la causa de la tristeza no sea solo natural de la parte emocional, sino un asunto netamente espiritual causado por el enemigo que ha querido dañar el gozo.
· Si es necesario, pedir una cita con un médico, un psicólogo para considerar los elementos físicos y emocionales, o llamar a una línea de ayuda del servicio de salud para saber a dónde ir para obtener ayuda.
3.5. Buscar un espacio para sonreír
El rey Salomón dijo: “El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos”. (Proverbios 17:22)
Está comprobado científicamente que la alegría es medicina, que reír cura enfermedades.
Una sonrisa no cuesta nada, pero vale mucho.
Enriquece a aquellos que la reciben, sin restar a aquellos que la dan.
Se produce como un relámpago, pero su recuerdo a veces dura toda la vida.
No hay nadie tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la pueda dar.
Genera felicidad en el hogar, promueve los negocios y fortalece la amistad.
Es aliento para los cansados, luz para los desilusionados y sol para la oscuridad.
Pero no se puede comprar, ni prestar ni robar. Es algo que no vale nada…hasta que las regalas.
Por favor regálanos tu sonrisa para abonar a nuestra felicidad.
(Anónimo)
La Escritura afirma: Aún llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo (Job 8:21).
Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho El Señor con éstos. (Salmo 126:2).
Por sobre todas las cosas, “Dios es nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Dios está interesado en restaurar nuestro gozo, ayudando en la superación de la tristeza y poniendo el gozo fruto del Espíritu Santo.
[1] Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Gozo_(virtud)
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Tristeza
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