LA FELICIDAD EN LUGAR DE LA AMARGURA
“…que
no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe
y contamine a muchos”
(Hebreos 12:12-15)
Satanás
ha venido para robar, matar y destruir la felicidad de las personas y en su
lugar pone la amargura. Cristo vino para dar vida plena restaurando la
felicidad en lugar de la amargura.
1. DEFINICIÓN DE FELICIDAD
La felicidad es un estado del ánimo que se complace en
la posesión de un bien. Es satisfacción, gusto, estar
contento, feliz.[1]
La
felicidad es un estado integral avanzado del ser humano racional, que crea una
unidad entre el espíritu, el alma y las sensaciones físicas del cuerpo,
generando un sentimiento de realización espiritual, emocional y material que
representa la calidad de vida más acabada y reconfortante que un ser humano
puede experimentar.
El
apóstol Juan escribió: “Amado yo deseo
que tú seas prosperado en todo, y que tengas salud, así como prospera tu alma”,
“mucho me regocije al saber de cómo andan en la verdad” (3 Juan 2,3). La
prosperidad es en todas las áreas de la vida, la salud física y del alma;
prosperidad integral, en el espíritu, el cuerpo y el alma.
Como
la felicidad es espiritual – emocional - corporal cualquier acto que la
produzca deberá satisfacer estos elementos, por lo cual deberemos diferenciar
entre un acto agradable y uno feliz. Como las sensaciones que captan nuestros
sentidos corporales no perciben las espirituales, para ser felices deben
vincularse las unas con las otras. Para observar la diferencia entre uno y
otro, ejemplarizaremos: el acto de degustar un trago de vino en solitario solo
produciría satisfacción corporal mediante nuestras papilas; pero al compartirlo
con la persona amada, adicionamos la parte espiritual y lo convertimos en un
acto feliz.
La
felicidad no es ni tiene porque ser permanente, sino que se constituye de
momentos felices; por lo cual será más feliz quien acumule mayor número de
momentos felices. Pero como no todos los eventos agradables tienen por
qué ser felices, lo que determina espacios en los cuales la persona no es
feliz, nadie puede asegurar con propiedad que siempre ha sido feliz o infeliz.
La
felicidad es una decisión. Como quedó probado, para que un evento pueda
considerarse como feliz requiere indispensablemente la parte espiritual que es
interna; entonces también podemos deducir que somos nosotros en nuestro fuero
interior quienes decidimos ser felices, al asignarle la cualidad de
positivo o negativo, cual evento nos hace felices y cual no; esta última
conclusión nos blinda frente a quienes pudieren desear hacernos infelices,
porque nadie puede penetrar nuestro mundo interno, y esto ciertamente es
un privilegio exclusivo del único ser vivo a quien Dios dotó de razón e
inteligencia, el ser
humano.
La felicidad
es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado
una meta deseada. Tal estado
propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que
estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría que afecta el espíritu, el alma y el cuerpo
2. LA AMARGURA CONTAMINANTE DE LA FELICIDAD
“…que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a muchos”
La cantante Paquita La del Barrio, en medio de su amargura y resentimiento compone una canción dirigida a un hombre, titulada: “RATA DE DOS PATAS”, que dice así:
Rata inmunda, Animal rastrero
Escoria de la vida, Adefesio mal hecho
Infrahumano, Espectro del infierno
Maldita sabandija, Cuanto daño me has hecho.
Alimaña, Culebra ponzoñosa
Desecho de la vida, Te odio y te desprecio.
La amargura es un resentimiento que viene a ser el veneno del alma y va contaminando todo hasta que destruye la vida de Dios en nosotros. También, acaba los valores de la personalidad y al hombre en su totalidad.
La amargura es la única contaminación que hace olvidar toda buena obra que Dios y las personas hayan hecho en nosotros. La raíz de amargura es el semillero fértil del enemigo, del cual él toma ventaja. Por eso, todo creyente debe vivir con un continuo espíritu de perdón. Si la amargura no se trata a tiempo, sus raíces se van arraigando cada vez más en lo profundo del corazón de la propia persona que la posee; crecen hasta ahogar el alma, ya que su crecimiento es interno.
Una persona evidencia que está amargada cuando siempre critica, a todo le ve un pero, cuando aumenta la queja y la murmuración de las circunstancias y en contra de otras personas, vive malgeniada y maldice de continuo, recuerda con detalle cosas y personas que le han hecho sufrir y se aísla de las demás personas, piensa que nadie las quiere, que todo mundo habla mal de ella.
La cantante Paquita La del Barrio, en medio de su amargura y resentimiento compone una canción dirigida a un hombre, titulada: “RATA DE DOS PATAS”, que dice así:
Rata inmunda, Animal rastrero
Escoria de la vida, Adefesio mal hecho
Infrahumano, Espectro del infierno
Maldita sabandija, Cuanto daño me has hecho.
Alimaña, Culebra ponzoñosa
Desecho de la vida, Te odio y te desprecio.
Rata
de dos patas, Te estoy hablando a ti,
Porque
un bicho rastrero, Aun siendo el más maldito
Comparado
contigo, Se queda muy chiquito.
Esta
canción lo que refleja es que en el corazón de esta persona hay raíces de
amargura muy profundas que lo conducen al maltrato con palabras
descalificadoras a la persona que considera le ha hecho daño. Muchos hombres y
mujeres le han dedicado esta canción a su ofensor, se identifican con la
canción porque es lo que hay en su corazón.
El apóstol
Pablo dijo la amargura perturba y contamina a muchos. Se
debe luchar por vencer el decaimiento, las manos caídas, la falta de acción. Se
debe vencer la parálisis, el estancamiento en el diario caminar de la vida.
Hacer sendas derechas para los pies, caminar por el buen camino. Lo
que está mal en la vida sea arreglado. Seguir la paz con todos, una buena
relación con Dios y con las demás personas. No permitir que las relaciones sean dañadas
por la amargura.
2.1.
Definición
de amargura
La amargura
es aflicción o disgusto. Algunos sinónimos de la amargura son aflicción,
disgusto, pena, sufrimiento, tormento, tristeza, desconsuelo, desengaño, dolor,
pesadumbre, pesar, sinsabor, tribulación.
La amargura es una angustia del alma; es estar triste, desanimado y en desesperación; es sufrir una decepción y sentirse sin esperanza. Es cómo se siente el alma por circunstancias que nos sobrecogen y que no podemos cambiar; es tener una profunda tristeza y resentimiento, acompañada de hostilidad e ira reprimida.
La amargura es una angustia del alma; es estar triste, desanimado y en desesperación; es sufrir una decepción y sentirse sin esperanza. Es cómo se siente el alma por circunstancias que nos sobrecogen y que no podemos cambiar; es tener una profunda tristeza y resentimiento, acompañada de hostilidad e ira reprimida.
La amargura es un resentimiento que viene a ser el veneno del alma y va contaminando todo hasta que destruye la vida de Dios en nosotros. También, acaba los valores de la personalidad y al hombre en su totalidad.
La amargura es la única contaminación que hace olvidar toda buena obra que Dios y las personas hayan hecho en nosotros. La raíz de amargura es el semillero fértil del enemigo, del cual él toma ventaja. Por eso, todo creyente debe vivir con un continuo espíritu de perdón. Si la amargura no se trata a tiempo, sus raíces se van arraigando cada vez más en lo profundo del corazón de la propia persona que la posee; crecen hasta ahogar el alma, ya que su crecimiento es interno.
Una persona evidencia que está amargada cuando siempre critica, a todo le ve un pero, cuando aumenta la queja y la murmuración de las circunstancias y en contra de otras personas, vive malgeniada y maldice de continuo, recuerda con detalle cosas y personas que le han hecho sufrir y se aísla de las demás personas, piensa que nadie las quiere, que todo mundo habla mal de ella.
2.2.
Causas
de la amargura
·
La misma naturaleza humana tendiente al mal.
Romanos 2:1-3
·
Cuando se nos ha quitado o hemos perdido algo
o a alguien.
·
Cuando tenemos circunstancias que no podemos
cambiar
·
Cuando alguien nos ha herido emocionalmente
·
Por sentimientos de culpa. (Salmos 32:2)
·
No perdonarse a sí mismo dando lugar a la autoacusación
·
El no perdonar al ofensor
·
El estar atento a la venganza (Romanos 12:19)
·
Apropiarse de las ofensas de otros (Salmos
15:3) – Admitir que hablen mal de otras personas.
·
La avaricia por bienes temporales (Lucas
12:13-15; Juan 12:5,6)
Pedir
la herencia antes de morir los padres
Amor
exagerado por el dinero y no poder tenerlo. Judas se amargaba manejando el
tesoro de los discípulos.
Querer
tener cosas y no poderlo lograr con la presión de la sociedad de consumo
Comparar
los bienes propios con los de otros. Se debe tener en cuenta que “uno es más o
es menos depende con quien se compare”
2.3.
Efectos
de la amargura
“Una
raíz de amargura estorba y muchos son contaminados”
Efectos
físicos:
Se da un imbalance químico –
alteración del metabolismo – todos los sistemas orgánicos sufren su normal
funcionamiento.
·
Baja resistencia
·
Dolores en los dientes, la espalda, la
cabeza, los músculos.
·
Facciones faciales endurecidas – arrugas en
la piel
·
Enfermedad de los huesos (Salmos 32:3)
·
Enfermedad de asma
·
Alteración de la presión
·
Da insomnio
Efectos
psicológicos:
·
Llega la depresión. Jeremías 30:12-13
·
Agotamiento emocional
·
Tristeza profunda
·
Ira intensa
·
Odio – resentimiento
·
Desasosiego – intranquilidad – perdida de la
paz interior
·
Aislamiento
·
Encierro en una prisión o encadenado (Hechos
8:23)
Efectos
espirituales:
·
Oraciones estorbadas (1 Pedro 3:7; Mateo 6:15)
·
Incapacidad de amar (1 Pedro 1:22)
·
Dudas – “Dios no me ama”, no entiende la
Palabra de Dios, todo lo cuestiona, nada le gusta en la iglesia.
·
Rechazo a congregarse con otros
·
Nos puede apartar de Cristo
Efectos
sociales:
Muchos
son contaminados:
·
Personas: El cónyuge, los hijos, los
hermanos, el patrón, el trabajador, el vecino.
·
Los animales – la mascota
·
Las plantas de la casa
2.3.
Pasos
para superar la amargura
“Y
no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el
día de redención. Quítense de vosotros
toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes
sed benignos unos a otros, como DIOS también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4: 30 – 32)
·
Querer cambiar – Tomar la decisión de ser
feliz. Decida disfrutar la vida, la vida es corta para desperdiciarla con
amarguras.
·
Buscar la comunión con Dios, el señorío de
Cristo y la guía del Espíritu Santo.
·
Enumere las ofensas de aquellos que le han
ofendido para tratar una por una.
·
Enumere sus propias ofensas con las que está
luchando.
·
No abrace las ofensas. Las ofensas son
basura, por lo tanto es desechable.
·
No pretender la venganza por sus propios
medios. Esperar que la recompensa venga de Dios.
·
Perdonarse totalmente a sí mismo, pedir
perdón y perdonar al ofensor. Perdonar es: Liberar a un ofensor emocionalmente.
El perdón requiere autoridad para cancelar consecuencias. José dijo: ustedes
pensaron hacerme mal pero Dios lo encaminó para bien (Génesis 50:20). Jesús
dijo: “Perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
·
Ver las necesidades del ofensor. Ver al
ofensor como una persona que necesitada de amor.
·
Tener un arrepentimiento sincero del mal
causado por la amargura.
Oración:
Padre, en el nombre de Jesús, yo renuncio a toda raíz de amargura en mi vida, y
cancelo las consecuencias por haberlo guardado en mi corazón. Señor, te entrego
todo mi dolor y las heridas que han sido abiertas, por distintas causas.
Renuncio al derecho de vengarme, y por el contrario, perdono a todos aquellos
que me hicieron daño. Señor renuncio a toda raíz de amargura, ira, odio,
rencor, maledicencia, celo y me declaro libre, en el nombre de Jesús. Amén.
3.
PASOS
PARA RESTAURAR LA FELICIDAD
“Sobre toda cosa guardada guarda tu
corazón porque de él mana la vida”
Estos pasos se deben guardar
en el corazón y estar dispuestos a darlos en el diario caminar:
El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida
y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.
El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al
acostarte, debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy
inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda
vencer.
El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si
piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz,
haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si
piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en
tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es.
Ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese
sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y
tú perdona y olvida.
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen. Recuerda que
mañana te quitaran algo de más valor.
El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos
derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último,
levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y
descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que
eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir
nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales
también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan
ser felices.
“LA VENGANZA te complace.
EL PERDÓN te sube de
clase”.
Chris Syler
VIVE CADA DIA A PLENITUD.
APROVECHA AL MAXIMO CADA
HORA,
CADA DIA Y CADA EPOCA DE TU
VIDA.
ASÍ PODRÁS MIRAR EL FUTURO CON CONFIANZA
Y AL PASADO SIN TRISTEZA.
SE LO MEJOR DE TI MISMO
Y NO TENGAS
MIEDO A SER
FELIZ.
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