APRECIACION DEL ACUERDO

APRECIACIÓN DEL ACUERDO FINAL DEL PROCESO DE PAZ


 Teodoro Marín Bonilla
Pastor Docente de Biblia y Teología

Después de haber leído el documento del acuerdo final del proceso de paz, considero de valor expresar mi opinión de cara al plebiscito, para quienes esperan recibir mayor ilustración en el entendimiento de dicho acuerdo.

Este es mi concepto personal, sin pretender profundizar con detalle en todos los temas que el acuerdo contiene. Procuraré hacerlo con la mayor objetividad posible.

1.    ¿QUÉ ES EL ACUERDO DEL PROCESO DE PAZ?

El “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la construcción de una Paz Estable y Duradera”; es un acuerdo entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo – FARC-EP.

Analizando este título se debe tener en cuenta lo siguiente:

El “acuerdo final” es la plataforma política o plan de gobierno a seguir en la construcción de la paz, según lo han dicho los voceros de la FARC.

La “terminación del conflicto” es entre las dos partes que firman el acuerdo. Eso quiere decir que no termina el conflicto total que hay en Colombia, por cuanto se sigue en conflicto con el Ejercito de Liberación Nacional – ELN, con las Bandas Criminales – BACRIM, con los disidentes de las Autodefensas Unidas de Colombia – AUC, seguro con los disidentes de las FARC que no entran en el proceso como ya lo han anunciado los jefes de algunos frentes y conflicto con la Delincuencia Organizada. El conflicto en Colombia no termina con la firma del acuerdo entre el gobierno y las FARC, ni diciendo si al acuerdo, eso se debe tener en cuenta para no hacernos falsas ilusiones.

La “construcción de la Paz” igual será entre las dos partes que firman el acuerdo, pero con todos los demás actores de violencia antes mencionados se sigue en guerra. Esto hace que no sea una paz estable y duradera; seguro aparecerán muchos inconformes con el modelo de gobierno que se pretende implementar e igual aparecerán nuevos actores de violencia contrarrestando el nuevo modelo. Además debemos recordar que los jefes negociadores de las FARC afirmaron en entrevistas que para ellos “la paz es solo la estrategia para llegar al poder”.

En el preámbulo y la introducción se afirma que para la implementación del acuerdo conlleva transformaciones “que a juicio de las FARC-EP dichas transformaciones deben contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra…”. Que “es meta esencial de la reconciliación nacional la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo y bienestar territorial para beneficio de amplios sectores…”.

Resáltese: “solucionar la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra y la construcción de un nuevo paradigma”. Conviene identificar como se pretende solucionar lo de la propiedad de la tierra y un nuevo paradigma. Observando el sistema de gobierno planteado en el acuerdo se deja ver y entender que se pretende un gobierno socialista – comunista como fue anunciado por los jefes de las FARC-EP en las entrevistas realizadas, que desde su nacimiento su objetivo es llegar al poder para establecer dicho sistema de gobierno. El sistema de gobierno comunista modelo es el cubano, donde el estado es el dueño de la tierra, quien lo reparte equitativamente para su uso a los habitantes. En el punto 1 se anuncia que en el campo se promueve la igualdad, la distribución equitativa de la tierra, para tal fin se creara el “fondo de tierras” (1.1.1) que provendrán de entre otras fuentes de la extinción judicial de dominio a favor de la nación y tierras recuperadas a favor de la Nación (esto es propio del sistema comunista donde se da también la extinción judicial de dominio de muchas empresas).

Los Planes de Reforma Rural Integral, donde se aplica la transformación estructural “es decir la trasformación de la realidad rural con equidad, igualdad y democracia”, donde el estado se hace dueño de la tierra para su distribución equitativa, está planeado en una fase de transición de 10 años (1.3).

Este es en realidad el acuerdo final del proceso de paz.

2.    APRECIACIONES DE LO POSITIVO DEL ACUERDO

Estas apreciaciones son generales según los puntos que contiene el acuerdo:
El proceso planteado hacia la terminación del conflicto armado entre el gobierno y las FARC-EP.

La pretensión de erradicar la pobreza hacia una mejor calidad de vida de los colombianos.

La pretensión de equidad, igualdad y democracia entre hombres, mujeres, niños, etnias y otros, en condiciones de bien para todos.

La participación política como la manera de buscar los acuerdos para las transformaciones sociales sin el uso de la violencia.

La pretensión de las garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales…

La pretensión de solución al problema de las drogas ilícitas, hacia una erradicación completa y definitiva.

El interés de crear el sistema de verdad, justicia, reparación a las víctimas de la violencia.

Que para la verificación de la implementación de los acuerdos, participen organismos internacionales.

3.    APRECIACIONES DE LO NEGATIVO DEL ACUERDO

Tomar la paz como estrategia para inducir al pueblo a aceptar un nuevo sistema de gobierno socialista – comunista, es un engaño. Todos queremos la paz pero no todos queremos un gobierno comunista.

Con la pretensión de promover la igualdad y erradicar la pobreza, se atenta contra la propiedad privada, expropiando por la vía judicial a los que poseen tierras y empresas que en su gran mayoría han sido logradas con el fruto de su trabajo.

 Con la pretensión de promover la equidad, igualdad y democracia, se da lugar al “enfoque de género” lo que es llamado también “ideología de género”, según lo explico el negociador Humberto de la Calle: “No se nace hombre o mujer, se llega a ser hombre o mujer según lo decida”. Eso es un atentado a los principios morales y a la destrucción de la familia como la describen las Sagradas Escrituras y la Constitución Política de Colombia.

Las FARC ven la participación en política como otra “forma de lucha” para llegar al poder. Como no fue posible tomarse el poder por la vía de las armas, siguen buscándolo por la vía de la política. Otorgar curules a las FARC en la Cámara y el Senado directamente, se considera que no es saludable para la democracia. Esta bien reconocer a las FARC como un partido político, pero que sean postulados y elegidos por el voto popular como todos los representantes de los demás partidos políticos.

No es saludable para la sociedad según la constitución que los miembros de las FARC responsables de tantos delitos cometidos, no se les exija pagar de alguna forma esos delitos.

El asignar sueldos a los guerrilleros sin exigir un trabajo, no es saludable para la economía del país. Eso obliga a una reforma tributaria, aumento de impuestos para poder responder con la cantidad que demanda esos pagos de nómina tan altos.

En ninguna de sus páginas o puntos del acuerdo se menciona a Dios el creador del universo como la fuente de todo. Sacar a Dios del panorama de la vida es caminar sin destino seguro.

4.    LO QUE IMPLICA ACEPTAR EL ACUERDO VOTANDO SI.

Lo que se aprueba o desaprueba en el plebiscito no es la paz, es el acuerdo con todas sus implicaciones.

Votar si en el plebiscito implica aceptar todo lo positivo del acuerdo, pero también aceptar todo lo negativo. Lo que se está votando con el si es una reforma de la Constitución Política de Colombia. Es aceptar la implementación del sistema de gobierno comunista a corto y mediano plazo con todas sus implicaciones, incluyendo hacia el futuro la pérdida de la propiedad privada y la implementación de la ideología de género por ley entre otros.

5.    LO QUE IMPLICA NO ACEPTAR EL ACUERDO VOTANDO NO

Esta decisión obliga al gobierno y a las FARC volver a la mesa de negociación para revisar, reconsiderar unos acuerdos que no son propios de la Constitución Política de Colombia, que atentan contra el estado de derecho y la democracia, como los citados en lo negativo del acuerdo y otros que otras personas y/o entidades están considerando. Seguro, reiniciar ese proceso de negociación llevaría un tiempo indefinido que puede ser corto, mediano o largo; pero que con un nuevo acuerdo se podría garantizar un mejor futuro para las nuevas generaciones de colombianos, teniendo en cuenta que el sistema comunista ha demostrado a través de la historia en muchos países, no ser el mejor sistema de gobierno que lleve a los países al desarrollo, por el contrario los ha llevado a la pobreza de todos sus habitantes.

6.    UNA PALABRA PARA LOS CRISTIANOS

Ante la realidad de conflicto e incertidumbre del futuro de Colombia, los cristianos debemos hacer uso del derecho de votar a conciencia una vez analizada toda la información recibida.

Tener en cuenta la orientación de los principios del Reino de Dios dados en las Sagradas Escrituras sin negociarlos por ningún motivo.

En lo sucesivo gane el sí o gane el no, orar y propender por la implementación de los principios del Reino de Dios en todas las áreas del quehacer de la sociedad: en la religión, la familia, el gobierno, la comunicación, la economía, la educación y las artes, que hayan cristianos activos en esas áreas.

Consejos de Dios:

“Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”  (2 Crónicas 7:14)

Entre tanto se dan los cambios ante la cautividad espiritual, emocional y física que se vive en Colombia:

“Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas. Multiplicaos y no disminuyáis. Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová, porque en su paz tendréis vosotros paz… Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis…” (Jeremías 29: 4-8, 11).

Recordemos: Nosotros no somos de izquierda, ni de derecha, ni del centro; somos de arriba, del Reino de los cielos  (ciudadanos y embajadores del cielo). Por eso oramos a Dios: “Venga tu Reino, sea hecha tu voluntad en la tierra colombiana como se hace en el cielo”. Propendemos por una cultura del Reino de Dios aquí en la tierra.


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